No es de extrañar que a la gente le guste ir a la playa de vacaciones, la ciencia ha descubierto que nuestro cerebro cambia cuando pisamos la arena y el mar.

Si te digo que estar en la playa es bueno para tu cerebro y tu salud mental, puede que pienses que en realidad lo bueno son las vacaciones, y en eso tendrás razón. Sin embargo la playa tiene beneficios adicionales y un impacto profundo en nuestro cerebro, según varios estudios científicos.

En un estudio de 2012 se descubrió que simplemente por vivir cerca de la playa, mejoraba la salud. No todos podemos mudarnos a una casa frente al mar, pero cada vez que pisamos la arena estamos beneficiándonos.

Para empezar, el color azul del océano y el cielo cambia la frecuencia de nuestras ondas cerebrales, y nos provoca un estado de relajación. Este efecto del color azul es bien conocido y por eso se usa en muchas marcas para transmitir confianza.

La brisa marina también está cargada de iones negativos, moléculas de oxígeno con un electrón extra. El aire ionizado ya se utiliza para tratar la depresión otoñal, y la playa tiene este mismo efecto.

Por último el sonido repetitivo de las olas rompiendo contra la costa induce al cerebro en un estado de meditación, casi sin darnos cuenta, y eso también tiene un efecto beneficioso sobre tu mente.