Llevarte un disgusto puede ponerte enfermo y hacerte engordar. Un trauma emocional puede llevarte a la tumba en unos años. Así es como puedes protegerte.

Ves algo horrible, como un accidente con heridos en la calle. O discutes con tu pareja. Al cabo de unas horas tienes un herpes en el labio.

¿Te ha ocurrido alguna vez? El virus del herpes es muy común, y por lo general inofensivo. Vive dentro de nosotros. En condiciones normales, nuestro sistema inmune lo mantiene a raya, y no aparecen lesiones. Si tienes el labio como un campo de minas, es porque tus defensas han fallado.

El motivo por el que fallan tus defensas es el estrés. Los niveles altos de cortisol, la hormona del estrés, desactivan el sistema inmune. El estrés de un susto o el dolor hacen que tu cuerpo se prepare para huir o luchar. Lo demás sistemas se apagan, incluyendo tus defensas.

Por eso después de sufrir un disgusto, una ruptura, la pérdida del trabajo, o la pérdida de un ser querido, nos ponemos enfermos. Puede ser un resfriado, una indigestión. Pueden empeorar tus migrañas. Puede salirte un sarpullido. Tu cuerpo estaba con la guardia baja, y todo tipo de bacterias y virus han tenido un día de fiesta contigo.

Además cuando tu cuerpo está estresado no es capaz de quemar grasa.  Los nervios te hacen engordar.

Si no te recuperas del trauma, puede aparecer lo que se llama trastorno por estrés postraumático. Es lo que sufren los soldados que sobreviven a los horrores de la guerra, y las personas víctimas de una agresión o de un desastre natural. Insomnio, cambios de humor, depresión, y muchas enfermedades oportunistas.

Pero no hace falta haber estado en la guerra del golfo, un divorcio o quedarte sin trabajo pueden llevarte a un sitio parecido. Si no te recuperas del trauma, el estrés se vuelve crónico, y las consecuencias a largo plazo son peores aún: enfermedades cardíacas, obesidad, envejecimiento prematuro. Incluso hay indicios de que los traumas emocionales pueden contribuir al desarrollo del cáncer.

Si lo estás pasando mal, protégete.

  • Toma una ración extra de vitaminas y antioxidantes, que se consumen a mayor velocidad con el estrés
  • Haz deportes que impliquen esfuerzos intensos y cortos para aumentar los niveles de hormona del crecimiento, testosterona y endorfinas
  • Practica técnicas de relajación durante al menos diez minutos al día, o prueba con la meditación
  • Busca ayuda profesional, es importante aprender mecanismos para dejar atrás el dolor

Foto: PTSD de Shutterstock, no reutilizar