Se habla mucho de la inflamación crónica, sus terribles efectos y cómo está determinada por la comida. No te inflames.

La inflamación es uno de los principales mecanismos de defensa del cuerpo. Cuando te pegan un martillazo en el dedo gordo del pie, se hincha, se enrojece, se calienta y sobre todo, duele. La sangre fluye y se acumula en esa parte y empieza el proceso de curación. En unos días, la inflamación desaparece y el dedo está curado.

Lo mismo ocurre con una infección o una alergia. Sin inflamación, las heridas no curarían nunca.  Pero la versión de la que habla todo el mundo es la inflamación crónica, que ocurre cuando el mecanismo de la inflamación no se desconecta a causa del estrés, la obsesidad o las toxinas en el ambiente, que hacen que nuestro cuerpo esté siempre a la defensiva. Las consecuencias de la inflamación crónica son terribles: diabetes, arterioesclerosis, artritis, intolerancias, alergias, etc.

Durante algún tiempo se ha recomendado la aspirina como un remedio rápido para la información. Pero ¿por qué no cambiar tu estilo de vida, que es más barato y efectivo? Come bien, muévete más y estrésate menos.

Cinco pasos para no inflamarte:

  1. Controla los hidratos de carbono: menos azúcar y harina, y más grasas saludables, proteínas y antioxidantes.
  2. Omega 3: nuestra dieta contiene demasiados ácidos grasos omega 6 pocos omega 3. Antes de tomar suplementos, piensa en sardinas y caballa, estupendas fuentes de omega 3.
  3. Más vitaminas: de nuevo, mejor prevenir, porque las vitaminas son antiinflamatorias. Puedes tomar suplementos de vitamina B y C y asegurarte de comer pescado graso y frutos secos para conseguir vitaminas E y D.
  4. Fermentados: los alimentos fermentados, como el chucrut, el yogurt o el kimchi alimentan tu flora bacteriana y envitan la inflamación
  5. Duerme: el cuerpo se regenera por la noche, y el insomnio produce inflamación. Entre siete y ocho horas de sueño harán por tu salud mucho más que todas las pastillas del mundo.