Tu gimnasio está lleno de máquinas relucientes. La mitad no te sirven.

Entras al gimnasio y te deslumbra una sinfonía de acero y cromo, placas de hierro numeradas, correas, ruedas y poleas. Cuantas más máquinas, tanto mejor será el gimnasio, piensas. Pues piénsalo mejor.

Los mejores ejercicios de pesas son los básicos. Sentadillas, dominadas, press de banca, peso muerto. Pero no son los más fáciles de hacer ni los más seguros. Si eres novato, es probable que no puedas levantar tu propio peso al hacer dominadas en una barra, o con mala suerte, te lesiones haciendo sentadillas.

Por eso existen las máquinas, que proporcionan un recorrido fijo para el movimiento. Menos riesgo de que el peso se escape y te caiga encima. Menos riesgo para el gimnasio y primas de seguro más baratas.

Sin embargo, algunas máquinas pueden contribuir a que con el tiempo aparezcan las lesiones que quieres evitar, sobre todo si aumentas mucho la carga pensando que el ejercicio es seguro. Estas son algunas de las culpables:

Extensiones de cuádriceps: Esta máquina sirve para desarollar los músculos de la parte anterior de los muslos, pero sin embargo somete a las rodillas a una tensión mayor que las sentadillas, ya que el peso está apoyado en los tobillos.

 

Polea tras nuca: Parece que esta es la forma de aislar los músculos dorsales y tener esas espaldas anchas tan atractivas, pero en realidad somete a la articulación del hombro a un movimiento forzado que puede llevar a una tendinitis. Es mejor bajar la polea al pecho.

 

Contractora: Este ejercicio de pecho también sobrecarga los hombros, puede estirar en exceso la articulación y terminar en (ay) tendinitis.

 

Máquina de abductores sentados: El ejercicio consiste en separar las piernas con resistencia. Chicas, este ejercicio no ayuda a endurecer los glúteos y muslos, y además puede presionar la columna. Es mejor dar pasos laterales con una banda elástica atada entre los dos tobillos.