Según un reciente estudio, el 77% de los australianos practica el sexo para aliviar el estrés navideño. Australia, qué gran país.

La Navidad parece inocente. Unos días de relajación con la familia, turrones y mantecados, unas copas de champán, ¿qué tiene de malo? Pues que esa estampa está sacada de un anuncio. En el mundo real, las fiestas de Navidad no son vacaciones, sino un campeonato del estrés. Agrias discusiones en la cena, niños hiperactivos, indigestión, resacas, compras compulsivas y un agujero en el bolsillo.

Encima no tienes tiempo para hacer deporte.

Los australianos sí que saben. Todo lo malo de la Navidad puede mejorar con una dosis adecuada de sexo. Pero ¿cómo? Todo consiste en buscar la ocasión adecuada:

  • Tenemos que cocinar: enviad a niños, abuelos y añadidos a visitar el mercadillo navideño. Quédate con tu pareja en casa para preparar la comida. Pedid comida preparada por teléfono, y mientras llega, haced uso de la cocina como en las películas.
  • Bingo erótico en la cena: haced apuestas durante la cena familiar. Por ejemplo, si el tío Fernando cuenta otra vez esa batallita de su servicio militar, más tarde te tocará pagar un favor sexual (a tu pareja, no al tío Fernando). Si la abuela protesta porque la sopa está fría, eres tú quien canta bingo. Reprimid las risas.
  • No encontramos los adornos: o la vajilla buena, o esa caja de vino. Buscad una excusa para visitar el trastero, el garaje o el desván. Volved al cabo de una hora, explicando que con tanto trasto no había forma de encontrarlo.
  • Compras navideñas: especial para padres. Encargad los regalos por Internet. Dejad a los niños con el resto de la familia, decid que vas a comprarles los regalos. Buscad una cama. Tres horas después, podéis contar que las tiendas estaban abarrotadas y que tendréis que comprar los regalos mañana. Repetid la jugada.
  • Compras festivas: Dejad de lado las corbatas y los calcetines y visitad una buena tienda de juguetes eróticos y lencería. Uno compra el regalo para el otro.
  • La gran escapada: solo para los más independientes. En Nochevieja, en lugar de gastar una fortuna en la fiesta y el cotillón, emplead el dinero en una habitación de hotel, y que os suban la cena. La celebración puede incluir el material de las compras festivas y el pago de las deudas contraídas en la cena.

Foto: sheknows.com