Si no sabes cómo dar una presentación en público, empieza por contar una historia .

Hablar en público. Da igual que sean los resultados trimestrales de la empresa o el discurso de fin de curso de tu promoción. No se sabe qué da más miedo, si el momento en que apareces en el escenario o las horas de preparación de antes, frente esa terrible página en blanco. Para evitar los nervios, aquí tienes siete trucos para hablar en público, pero el día de antes, ¿por dónde empezar?

Muy fácil. Es necesario contar una historia. Si tu charla es memorable, entretenida y conectas con la audiencia, has ganado. Si los aburres, no solo van a olvidar de qué hablabas, sino que también darás una imagen más pobre de ti mismo. Te recordarán como «ese pesado».

Como todas las historias, la tuya necesita un planteamiento, un nudo y un desenlace. O lo que es lo mismo, una introducción, un desarrollo y una conclusión. Una de las mejores formas de organizarse es el sandwich:

  1. Empieza con un ejemplo o anécdota
  2. A continuación explica la idea principal
  3. Termina con otro ejemplo

El ejemplo debe estar relacionado con la idea principal, aunque sea de pasada. Imagínate que se trata de presentar las bondades de un nuevo medicamento. Estas presentaciones suelen ser muy técnicas y aburridas: ingredientes activos, acción sobre el organismo, contraindicaciones, etc. Empieza con el sandwich:

  • Ejemplo: Una historia con la que tu audiencia pueda conectar inmediatamente a un nivel emocional. “Hace unos años esta mujer de la foto tenía dificultad para andar y ya no podía acompañar a sus nietos al parque…”
  • Idea: Aquí viene la teoría, pero en este momento la audiencia ya está interesada en lo que tienes que explicar. “El principio activo no solo disminuye la inflamación sino que además apenas presenta efectos adversos…”
  • Ejemplo: Refuerza la idea principal volviendo a poner un ejemplo que haga además referencia al primero. “Desde que aplicamos el tratamiento en pacientes de edad avanzada, hemos levantado de sus sillas a más de 300 personas, que vuelven a reunirse con sus nietos…”

Todo el sandwich no debe durar más de diez minutos. Pasados diez minutos, da igual lo interesante que seas, la gente tiende a sacar el teléfono móvil y desconectar (de ti).

Ten en cuenta que, con suerte, tu audiencia solo va a recordar tres ideas de tu charla (a no ser que se trate de la convención de personas con memoria fotográfica). Así que es mejor que sean las ideas que tú decidas. Prepárate para darles tres ideas poderosas. Cada una de esas ideas tendrá su propio sandwich de ejemplo, idea y ejemplo.

  • Idea uno: ejemplo-idea-ejemplo
  • Idea dos: ejemplo-idea-ejemplo
  • Idea tres: ejemplo-idea-ejemplo

Con eso tienes media hora de charla entretenida y memorable. Saldrás a hombros.