La operación bikini está en marcha. Tienes tres meses para atacar esa lorza herencia de la Navidad pasada y volver a entrar en el traje de baño. Tu plan es comer menos y hacer más cardio, ¿verdad? Pues tu plan no funciona.

El cardio no es suficiente. Lo dicho con respecto a por qué las mujeres necesitan hacer pesas vale para todo el mundo. Los ejercicios de resistencia son imprescindibles si tu objetivo no solo es perder peso, sino tener buen aspecto.

Cuando haces dieta y te matas con largas sesiones de cardio, corres el riesgo de perder masa muscular. ¿Qué te apetece más, un solomillo o un trozo de tocino? A tu cuerpo le ocurre igual. Cuando lo llevamos al límite, el cuerpo prefiere quemar músculo antes que quemar grasa. Y con menos masa muscular magra, recuperaremos antes los kilos perdidos, entrando en una perversa espiral que nos deja más fofos a corto plazo y más gordos después del verano.

No hace falta usar cargas pesadas para que el entrenamiento de pesas sea efectivo. La idea es tonificar y hacer crecer el músculo, y eso se consigue cuando esa última repetición te hace sufrir de verdad, pero eres capaz de completarla.

Cuidado con los mitos, es imposible convertir por arte de magia la grasa en músculo (tampoco al revés). Son dos procesos separados: ganas músculo por un lado, lo cual te ayuda a perder grasa por otro. Pero si consigues mantener o aumentar el músculo, perder la grasa será mucho más fácil.

Dicho esto, para quemar grasa, las pesas por sí solas tampoco son suficientes. Haz tus entrenamientos en días alternos: un día de pesas y uno de ejercicio cardiovascular en la zona cardíaca adecuada. En un mes perderás centímetros, que es lo más importante.

Foto: BenSpark